Esta frase la propuso Toni Nadal, tío y entrenador durante muchos años de Rafa Nadal, como respuesta a una petición de una frase motivadora que se escribiría en las paredes de la Academia de Rafa Nadal y que por tanto se convertiría en guía en la formación de tantos jóvenes.
En un mundo donde la
inmediatez impera, y donde sobre protegemos a nuestros jóvenes evitando que se
disgusten, que no tengan malas experiencias, donde siempre parece que tenemos
que encontrar la palabra adecuada y la frase bonita que no les haga daño,
Toni Nadal nos propone una visión muy distinta de cómo llevar a alguien a
cumplir su sueño.
En ese camino lo esencial
es la perseverancia, el respeto, el sacrificio, la disciplina, la autocrítica.
Esto conlleva aceptar la realidad, conocer las debilidades y los límites y a
partir de ahí buscar y luchar por un propósito donde el carácter, formado con
la dificultad y la capacidad de aguante, juega un papel fundamental y
diferencial.
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