Hola, muy buenos días. Soy Víctor, el alumno de EFA Valdemilanos que te pidió el correo electrónico el jueves pasado. Quería empezar mandándote las conclusiones acerca de la charla que nos impartiste, con el objetivo de mostrarte que fue lo que se imprimió en mi después de escucharte y que puedas aprender de mi igual al igual que yo de ti:
La tertulia se basó principalmente en una reflexión acerca de cuáles son las aptitudes necesarias de las que debería servirse una persona, para llegar a ser un emprendedor óptimo en el mundo y en el mercado en el que vivimos, y al que nos presentamos. Utilizar las herramientas necesarias es esencial. Y entonces, cuál es la mejor herramienta para el emprendedor que se puede aplicar a todas las dimensiones del desarrollo vital. La respuesta es, sin duda, la actitud. A veces no es necesario ser el mejor en un campo, ni tampoco tener una cualificación respaldada por una titulación o un currículum que reúna una larga trayectoria en una disciplina. Basta con la predisposición, con la energía, las ganas de superarse y aprender, el querer hacer antes del saber hacer. Está claro que la formación es importante y necesaria para no quedarse obsoleto, el mundo avanza y tu debes adaptarte y evolucionar. Pero siempre se abrirán más puertas con una sonrisa que con una mueca desagradable. Hay que saber elegir cuál va a ser el camino que quieres recorrer, pero más importante aún saber cómo lo vas a recorrer, con quién y hacia dónde. No te olvides de ser despierto, anticípate a las oportunidades y no tengas miedo a lanzarte y decir: Estoy aquí, escúchame, porque quizá los dos salgamos beneficiados.
Me he sentido muy identificado con la tertulia y a la vez con la tertuliana. Ha centrado la reflexión en cómo ser una persona capaz, en torno al cómo y no al que. Nos enfrentamos a un mercado que se pregunta qué tienes tú para ofrecer, cuando realmente puedes ofrecer lo mismo que los demás y ofrecerlo mejor, depositando la elección de los demás en ti, por la confianza y la seguridad que te define. Todo esto debe respaldarse con responsabilidad, eficacia y profesionalidad, además debes arriesgarte a cambiar para mejorar y conocer nuevas fronteras, sin poner freno a tu desarrollo personal. Llevo años abriéndome paso en el mercado laboral y he conseguido ser la elección de los demás, en base a estos valores. Así que puedo decir que sí, funciona.