Desde la primera edición de Inicia, el liderazgo ha estado de forma indiscutible en la lista de los valores que definen al empresario y que cada edición compartimos con miles de jóvenes en los centros educativos. Sin embargo, a lo largo de estos años he podido comprobar cómo cada uno hacemos nuestro ese valor y la forma de entenderlo.
Recientemente he vuelto a leer un libro que alguien a quien admiro me recomendó como un primer paso para acercarme y querer mejorar mi liderazgo.
Hoy quiero compartir con vosotros un fragmento de “La Paradoja de James C. Hunter" con una visión inspiradora del liderazgo que es, sin duda, uno de los valores que definen al emprendedor y en cuyo corazón reside la vocación de servicio.
"El liderazgo empieza con la voluntad, que es la única capacidad que, como seres humanos, tenemos para que nuestras acciones sean consecuentes con nuestras intenciones y para elegir nuestro comportamiento. Con la voluntad adecuada, podemos elegir amar, verbo que tiene que ver con identificar y satisfacer las legítimas necesidades, que no los deseos, de aquellos a los que dirigimos. Al satisfacer las necesidades de otros, estamos llamados, por definición, a servirles e incluso a sacrificarnos por ellos, estamos forjando nuestra autoridad o influencia. Y cuando forjamos nuestra autoridad sobre la gente, entonces es cuando nos ganamos el derecho a ser llamados lideres."
Cristina Matheu
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